Daniel Gómez es un artesano apasionado por las tradiciones y comprometido con preservar un legado. Junto con su esposa, forman parte de la quinta generación que ha decidido continuar con esta tradición.
Sus piezas están elaboradas con cobre reciclado, el cual pasa por un riguroso proceso de selección. Funden cables, tubos, bobinas y otros materiales para obtener cobre con un 99.9% de pureza. Para elaborar cada pieza, toman el trozo necesario de cobre y, utilizando distintos martillos y el fuego, lo calientan cada minuto o minuto y medio durante todo el proceso hasta darle forma y convertirlo en arte.
Cada pieza es única. Aunque parezcan similares, siempre hay algo que las distingue, ya que están hechas a mano con una técnica ancestral. Cada “puntito” visible en la superficie representa un golpe de martillo que ayudó a darle su forma y textura. Después, se procede a darles su acabado, con distintas texturas y colores, todos creados a base de fuego.
Además, complementan sus creaciones con grabados en plata y detalles pintados con laminilla de oro, combinando diseños tradicionales y contemporáneos. Su propósito es que las personas se enamoren de esta artesanía y se lleven a casa una pieza con alma de cobre.