El colectivo Las Mujeres del Barro Rojo, originario de San Marcos Tlapazola, Oaxaca, crea hermosas piezas decorativas y utilitarias elaboradas con barro rojo. En la década de 1980, con el avance de la industrialización y la sustitución de la alfarería artesanal por materiales más baratos, las jóvenes artesanas comenzaron a expandir su visión más allá de las tradiciones heredadas. Fue entonces cuando Macrina, con solo 18 años, comenzó a salir de su comunidad para aprender cómo adaptar sus productos y prácticas a nuevos mercados interesados en la historia y la estética única del barro rojo.
El acabado brillante característico de estas piezas se logra mediante un proceso conocido como bruñido. Se aplica una fina capa de arcilla diluida en agua, conocida como engobe, sobre la superficie de la pieza, y luego se pule cuidadosamente con piedras hasta obtener un brillo intenso. Este proceso no solo embellece las piezas, sino que también aporta cierta impermeabilidad.
Macrina Mateo Martínez y Las Mujeres del Barro Rojo elaboran ollas, fruteros, tazas, salseras, lámparas y floreros, preservando y reimaginando una tradición ancestral oaxaqueña.